Futuro de la Telemedicina: Manejo de Enfermedades Crónicas
Originalmente publicado en HealthIT Answers
En medio de la pandemia de COVID-19 que ya ha infectado a más de un millón de estadounidenses, es difícil pensar demasiado en el futuro. En este momento, los proveedores están preocupados por la salud y el bienestar de sus pacientes, muchos de los cuales han evitado recibir atención durante los últimos meses. Sin embargo, gracias a una rápida expansión de la telesalud, las consecuencias para la salud del distanciamiento social y la cuarentena pueden mitigarse hasta cierto punto. La telesalud ha surgido como una especie de salvavidas, manteniendo la relación médico-paciente (aunque con algunos cambios notables) al tiempo que reduce el riesgo de infección por coronavirus en una visita al consultorio.
En esto, podemos vislumbrar el futuro pos-pandémico de la telemedicina, una herramienta que los médicos utilizarán para mejorar el tratamiento (y el autocontrol) de las enfermedades crónicas. Debido a que gran parte del manejo de enfermedades crónicas implica monitorear el estado funcional, la educación del paciente, el desarrollo de planes de tratamiento y discutir la trayectoria de la enfermedad, elementos que requieren exámenes limitados o nulos, la telemedicina representa un medio ideal para lograr estas tareas.
Un informe de progreso de la telesalud
La telemedicina ha existido durante décadas en los EU., se usó principalmente al principio como un mecanismo para brindar atención a las poblaciones rurales y desatendidas. Si bien la adopción de la telemedicina ciertamente se expandió en los años anteriores a COVID, el medio aún no se había establecido realmente. Por ejemplo, un informe de 2019 de Definitive Healthcare mostró que solo alrededor de un tercio de los hospitales que aceptan pacientes para internamiento y el 45% de las instalaciones para pacientes ambulatorios brindaban servicios de telemedicina.
Nuestra experiencia dentro de la Red de Equality Health muestra que las prácticas médicas caen en un amplio espectro de adopción de la telemedicina, con algunos médicos muy interesados en el potencial de la tecnología y muchos desconfiados sobre el impacto en las operaciones de la práctica. Pero incluso en el último grupo, las prácticas giraron decisivamente hacia la telesalud poco después de que se declarara la emergencia nacional. En total, los consultorios médicos independientes de nuestra red han realizado desde entonces más de 7,500 visitas de telesalud para pacientes de todas las edades y necesidades.
La fórmula detrás de este alto volumen en tan poco tiempo: capacitación, apoyo y prácticas. No hay forma de evitar que la telemedicina interrumpa muchos flujos de trabajo de oficina establecidos. Se necesitarán modificaciones y ajustes, desde la programación de visitas hasta su realización y la documentación posterior al encuentro. Pero los beneficios de integrar la telesalud en la práctica valen la pena, especialmente si se usa la tecnología para manejar mejor las condiciones subyacentes que hacen que las personas sean especialmente vulnerables durante la pandemia de COVID-19.
Uso de la telemedicina para el manejo de enfermedades crónicas
Ahora sabemos que las personas con padecimientos crónicos como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la diabetes y la enfermedad renal crónica tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves relacionadas con COVID-19.
Las enfermedades crónicas afectan aproximadamente a 133 millones de estadounidenses, lo que representa más del 40% de la población total de la nación, según el Consejo Nacional de Salud. Es comprensible que muchas de estas personas estén nerviosas ante la perspectiva de adquirir un virus potencialmente mortal en un centro médico, lo que las lleva a posponer el cuidado médico de mantenimiento.
Aquí es donde la telemedicina tiene un papel importante a desempeñar, no solo durante la pandemia, sino después de que ceda el brote. Millones de pacientes con enfermedades crónicas necesitan ayuda para controlar sus afecciones, pero no necesariamente en el consultorio del proveedor médico. Una vez que un paciente ha tenido un examen inicial en persona, un diagnóstico clínico y un plan de atención establecido con un proveedor, la telemedicina podría convertirse en la opción preferida para el manejo de enfermedades crónicas, salvo cambios significativos en el estado de salud.
Por ejemplo, los desafíos que enfrentan la mayoría de los pacientes con diabetes crónica para controlar sus afecciones implican principalmente cambios en el comportamiento de la salud. Tanto para los pacientes diabéticos como para los médicos, estas conversaciones sobre objetivos, niveles de azúcar, obstáculos para mejorar, ejercicio, pérdida de peso y similares pueden ser productivas virtualmente, sin requerir los inconvenientes y posibles compromisos de seguridad de una visita al consultorio.
En ausencia de cambios significativos en los niveles de azúcar en sangre del paciente diabético, estas visitas virtuales pueden continuar durante meses. Si los niveles de azúcar en sangre del paciente muestran una desviación de la norma, su proveedor médico puede referirlo para someterse a pruebas de laboratorio, obtenidas en un sitio de toma de muestras o en la oficina del médico en el momento que elija el paciente.
Para muchas otras enfermedades crónicas, así como problemas de salud conductual, el escenario es el mismo. El manejo de estas condiciones se logra principalmente a través de la discusión y la toma de decisiones compartidas, lo que los convierte en candidatos ideales para la telemedicina.
Removiendo permanentemente los obstáculos
La pandemia de COVID-19 solo ha justificado aún más por qué el sistema de atención médica de EU debe continuar su transición del reembolso de tarifa por servicio a modelos avanzados de pago basados en el valor real de los servicios.
In the former, providers are paid for seeing more patients and doing more procedures, while consultations have generally been undervalued in reimbursement. Because of this disparity, ambulatory clinicians have been hesitant to shift substantially to virtual consultations, which has historically hindered telehealth growth and adoption.
Por el contrario, bajo un sistema basado en valores, los proveedores están incentivados a enfocarse más en la atención preventiva hoy, lo que ayudará a evitar costosas complicaciones mañana. Para que la telemedicina despegue verdaderamente para el manejo de enfermedades crónicas, el sistema de salud de EU debe impulsar la inversión en este tipo de modelos de pago alternativos. Hacerlo despejará el camino hacia un futuro pos-pandémico más saludable.